Federico García Lorca y la guitarra - Generación del 27 (3ª parte)

Federico García Lorca frente al piano

La poesía de Federico Garcia Lorca es como la música. Mientras el sonido de su composición poética inmediatamente estimula y agrada nuestros oídos, después de pasar más tiempo para absorber y digerirla, nos empieza a causar una emoción y gratificación inexplicable.

Encontrar esta rara musicalidad en la literatura de Lorca no es de sorprender porque Lorca ya era un músico talentoso y vocacional antes de cambiar su rumbo de su vida artística a la poesía. Ya había compuesto algunas composiciones musicales antes de empezar a escribir su primera poesía (Lorca comenzó a escribir la poesía alrededor de los diecinueve años). Estudió el piano durante seis años con Antonio Segura Mesa, un célebre profesor de música y compositor en Granada quien enseñó a Ángel Barrios también. Antonio Segura Mesa descubrió el talento de Lorca y le animaba que siguiera su vocación musical. Lorca quiso continuar su estudio del piano en París, sin embargo, abandonó la música por completo ante el fallecimiento del profesor Antonio Segura Mesa y el fuerte desacuerdo de parte de la familia con seguir el estudio de la música en el extranjero.

Lorca dejó tres poemas acerca de la guitarra. ‘La guitarra’ desde la subsección ‘Poema de la siguiriya gitana’, ‘Las seis cuerdas’ desde ‘Gráfico de la petenera’, y ‘Adivinanza de la guitarra’ desde ‘Seis caprichos’, todas perteneciendo a la colección Poema del cante jondo [1921]. En este ensayo, voy a citar abajo ‘Las seis cuerdas’.

LAS SEIS CUERDAS

La guitarra,
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas,
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.


 
Aljibe: Palacio de las Veletas, Cáceres, España
Aljibe: Palacio de las Veletas, Cáceres, España

Lorca ve la guitarra como un vehículo para expresarse los sufrimientos y dolores de los sueños rotos en la vida de las almas perdidas. Y la guitarra es capaz de provocar una emoción fuerte (duende) que cura a aquellas almas perdidas dándoles la esperanza.

Atribución
Foto de Portada: Cortesía de la Fundación Federico García Lorca
Jesusccastillo, CC BY-SA 3.0 ES, via Wikimedia Commons